martes, 17 de septiembre de 2024

Cultura de la muerte: próximos pasos

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«Cultura de la muerte», una expresión que suena muy fuerte, por eso conviene explicarla.

En este mundo nuestro la violencia aparece con penosa regularidad. Cuando unos pueblos están en paz, surge en otros la guerra, o el terrorismo. Las naciones gastan ingentes sumas en obtener instrumentos cuya finalidad es provocar la violencia, o defenderse de ella.

Por otra parte, poderosas organizaciones distribuyen drogas que minan la salud y la vida de gente joven y no tan joven. Además hay estructuras económicas que ponen la obtención de poder económico como única referencia, despreciando la consideración de la dignidad de cada persona humana.

Pero hay otro aspecto de la cultura de la muerte que no parece tan evidente y que sin embargo se extiende sin apenas tomar conciencia de ello. Se trata de la prepotencia de los fuertes que con facilidad provoca la destrucción de los débiles.

No estamos directamente ante grupos de poder o ante potencias económicas, sino ante una cultura que va permeando toda la sociedad. Lo paradójico es que muchas veces se presenta como una cultura de la libertad. En concreto, de las libertades individuales. Lo que en realidad ocurre es que algunos -los fuertes- son más libres para realizar sus deseos, mientras que otros -los débiles- son aplastados.

Tomemos un caso reciente: la ley del aborto que entró en vigor el pasado 5 de julio. La situación real que provoca es que unos seres humanos -las mujeres embarazadas- ahora pueden tener más facilidad de tomar las decisiones que deseen, mientras que otros seres humanos -los fetos, sus hijos-, que por estar en sus primeros momentos de desarrollo son débiles, son ninguneados, porque realmente se les considera nada, mientras el Tribunal Constitucional no diga lo contrario.

Sin duda hay muchas más manifestaciones de esta cultura de la muerte. Querrí­a advertir de tres que son las que se van a presentar en los próximos meses.

El pasado 17 de junio laFood and Drug Administration (FDA) -agencia gubernamental de USA para el control de alimentos y fármacos-, aprobó la pí­ldora Ella o EllaOne. La pí­ldora actúa hasta 5 dí­as después de la relación sexual. Según la empresa farmacéutica francesa HRA Pharma, que fabrica este compuesto, se trata de lapí­ldora del dí­a siguiente en una «versión mejorada».

Erin Gainer, ejecutivo del HRA Pharma declaró que «nuestro objetivo es el de garantizar la disponibilidad deEllaOne a millones de mujeres que tengan necesidad». También añadió: «tenemos la intención de poner en práctica, a través de nuestras estructuras comerciales de marketing y nuestros partners privilegiados, programas que pueden responder a este proyecto».

Quizá tendrí­amos que preguntarnos: «¿Cómo puede una pí­ldora «evitar» el embarazo cinco dí­as después de haber tenido sexo?»

El segundo paso es la prohibición de que cualquier persona con tendencias homosexuales pueda recibir asistencia médica para controlarlas o cambiarlas. Es verdad que esto parece contradecir la difundida ideologí­a de género (cada uno elige libremente lo que quiere ser, sin relación con el sexo biológico). El razonamiento que se quiere hacer es que si las tendencias homosexuales son igual de normales que las heterosexuales, ningún médico o psicólogo puede actuar porque ellos están para curar y no hay nada que curar.

Si alguien piensa que exagero recuerde que hace dos semanas la Generalitat de Catalunya ha abierto un expediente contra la Clí­nica Tibidabo de Barcelona, porque trataba esas situaciones. Este tema también está siendo defendido por el Colegio de Psicólogos de Lombardí­a, y se está discutiendo en California (EEUU) por el trabajo que lleva a cabo la Asociación Narth.

El último paso previsto es la legalización de la eutanasia. El paso previo que se intenta es la despenalización del suicidio asistido, que permitirí­a crear el clima para la introducción de la eutanasia.

La cultura de la muerte, como toda cultura, puede crecer o disminuir. Los poderes públicos tienen mucha influencia porque pueden utilizar grandes recursos económicos y control de medios de comunicación para crear una cultura u otra. En estos momentos parece que apuestan por la cultura de la muerte. Sin embargo eso puede cambiar si otros poderes apostasen por una cultura de la vida.

En último término la cultura la construimos los ciudadanos participando en la búsqueda del bien común. Por eso cada vez son más interesantes las asociaciones cí­vicas y la participación en redes sociales, independientes del poder polí­tico, pero generadoras de opinión y de futuros cambios sociales.

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Comments 2

  1. Padre:
    La violencia forma parte de la naturaleza caí­da del hombre»¦ el sulfurarse o tener ideas malévolas por desgracia no nos es extraño. Pero es peor hacer lo que hace la «progresí­a»; introducirnos con calzador una «filosofí­a» de vida más propia de una lechuga o un cementerio que de un ser humano.
    Respecto al socialdarwinismo»¦ bueno, este no sólo lo propugnaba Hitler, si no que es un modelo teórico tí­pico de la Modernidad, y está relacionado con otra creencia perniciosa; el progreso. El predominio del fuerte sobre el débil surgió cuando se despojó al hombre de su faceta sobrenatural. De ahí­ al considerar a los pueblos como una especie de zoo muy evolucionado hay poca distancia. Le pondré un ejemplo: no cesamos de escuchar a los defensores del liberalismo hablar de que hay que ser COMPETITIVO.
    Bien.
    No se trata de ser COMPETITIVO. Las personas no nos tenemos que medir, que pugnar con nadie, (aquí­ el veneno de la envidia tiene su cubil). Las personas tenemos que ser JUSTAS, hacer lo CORRECTO»¦ y cuando un trabajo está hecho con justicia y corrección todo está hecho.
    La chulerí­a de la «progresí­a» y la gélida indiferencia de la derecha más individualista y burguesita, (incluyo a los que van a las manifestaciones Próvida para salir en la foto y así­ captar fotos) son moneda corriente de esta sociedad. Es una sociedad esquizofrénica, pero antes que nada prometeica. Hiperindividualista y en consecuencia hiperinsolente. Las feministas, o lo que es lo mismo, las «machistas masocas» no cesan de gritar histéricamente que ellas son DUEí‘AS de sus cuerpos y que con ellos hacen lo QUE QUIERAN.
    Todo muy prometeico»¦ y esta sublevación contra el ORDO NATURALIS no acabará bien»¦ para nada.

  2. Pingback: Bitacoras.com

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