A estas alturas ya nadie cuestiona que la cuestión del género se ha convertido en una ideología que se construye para que las cosas sean como se desearía que fuesen, pero como quizá no son.
Algunos organismo públicos pretenden que otros, a ser posible todos, enfoquen las cuestiones que deciden únicamente desde la perspectiva de género. En casos extremos, pero no infrecuentes, se querría que toda la cultura fuese promovida desde esta perspectiva.
La cuestión del género, tiene que ver con la masculinidad y la feminidad. Surge porque las características que se atribuyen a una y otra no están claramente definidas. Durante un tiempo la cultura transmitía, que todo dependía del sexo corporal, ignorando el papel de la misma cultura en la transmisión y fijación de los roles masculino y femenino. Algunos querrían compensar ahora este error promoviendo una pensamiento en el que la corporalidad no tiene nada que decir sobre la sexualidad.
Cuando se dan estas situaciones en las que el pensamiento se desboca, y se imagina que va a construir una nueva realidad, me parece que lo mejor es volver a la realidad tal como se nos presenta. En esto, los datos científicos son de gran ayuda porque describen como es la realidad en el mundo material.
Para promover este planteamiento, incluyo un vídeo sobre el desarrollo del cerebro en los adolescentes:
Género:
Un feminismo de otro género. De la lucha por la igualdad a la anulación de las diferencias
Cerebro de mujer y cerebro de varón
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