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El proyecto transhumanista, mejorar la vida humana a costa de su sentido

Los buenos libros o las buenas películas dejan huella, son significativos por su clara y misteriosa relación con lo actual. Nos ayudan a comprender mejor quienes somos y adonde hemos llegado. Y en el siglo XXI  un buen videojuego también puede servirnos para reflexionar.

Este es el caso del conocido, y para muchos unos de los mejores videojuegos de ciencia ficción, Deus Ex: Human Revolution, también llamado Deus Ex3, editado en el 2011. Trata de la ética del transhumanismo, el mensaje es claro e importante: la humanidad que abarca más de lo que puede manejar, corre el riesgo de perder su humanidad.

La acción se sitúa en el año 2027. Un científico llamado Darrow ha descubierto la tecnología de los aumentos (modificación de partes del cuerpo o su sustitución por piezas robóticas informatizadas), que permiten al usuario proezas sobrehumanas. Se ha creado una nueva sociedad, con personas capaces de hacer cosas que antes eran impensables. Aún así, siguen los problemas de superpoblación, pobreza, discriminación religiosa, pérdida de oportunidades de los no aumentados y, especialmente, la dependencia que tienen los aumentados de la Neuropocina, una cara droga que impide el rechazo a los aumentos cibernéticos y que es controlada mundialmente por grandes corporaciones. Pero un extraño ataque de psicosis sobreviene a todas las personas
aumentadas, que provoca de manera temporal una ola de violencia que causa millones de muertes en todo el mundo.

La sociedad considera unos monstruos a los aumentados, una amenaza para la especie humana. La ONU y el Congreso de los Estados Unidos deciden regular legalmente la tecnología de los aumentos e impedir que se produzca un nuevo Incidente Aumen. Se promulgan drásticas leyes de segregación, convirtiendo los aumentados en ciudadanos de segunda, confinados en guetos con fuertes medidas de control, se les restringe el acceso a la Neuropocina. Su supervivencia está a merced de la voluntad de los gobernantes.
La tensión crece y se habla en la ONU de implantar un nuevo proyecto de ley llamado Ley de Restauración Humana que propone introducir un chip en los aumentados y convertir la segregación en una ley de aplicación mundial. Un mundo dividido en el que se teme y odia a los aumentados, donde no se les permite acercarse a los no aumentados o puros, es el apartheid mecánico.
La Human Revolution plantea la visión de una humanidad diferente, en la que el hombre demasiado impaciente por la lentitud de la evolución biológica, escapa de ella trascendiendo sus límites, integrando en su naturaleza elementos tecnológicos bioconectados.

En el próximo mes de agosto aparece la 5ª entrega de este videojuego, lleva por titulo Deus Ex: Mankind Divided. La acción se sitúa en el año 2029, dos años después de la Human Revolution, el proyecto ha salido mal, los aumentados cibernéticos son considerados unos monstruos terroristas. Se abre un abismo entre unos y otros. El ideal transhumanista resulta un fracaso.

Estos videojuegos nos llevan a reflexionar sobre el verdadero mejoramiento humano, sobre lo qué es humano, si es posible dejar de ser humano y en este caso, ¿a qué precio?

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