El argumento más poderoso para la atención a los niños con disforia de género es la amenaza de suicidio. «¿Prefieres tener un hijo vivo o una hija muerta?» es la brutal alternativa que se presenta a los padres.
Esta opinión ha sido fuertemente respaldada por la Administración Biden, así como por muchos periodistas y médicos. Una declaración de Salud y Servicios Humanos publicada en marzo declaró que: «Un entorno de atención médica seguro y afirmativo es fundamental para fomentar mejores resultados para los niños y adolescentes transgénero, no binarios y otros géneros expansivos«.
Sin embargo, un informe de la conservadora Fundación Heritage escrito por Jay Greene argumenta que las afirmaciones de tasas elevadas de suicidio entre los jóvenes a quienes se les niega la atención de afirmación de género son débiles.
Solo un puñado de estudios examinan la relación entre los tratamientos hormonales del sexo cruzado y los riesgos de suicidio que comparan los resultados de los adolescentes que recibieron tal atención con los que la buscaron pero no la recibieron. Ningún estudio utiliza un diseño de investigación causal, como un ensayo controlado aleatorio, que normalmente se requiere para aprobar medicamentos. En cambio, muchos de estos estudios comparan a los menores que recibieron intervenciones con aquellos que no pudieron obtenerlas y encuentran tasas más bajas de contemplación del suicidio.
El informe afirma que hay defectos fundamentales en algunas de las investigaciones amigables con las personas trans. Los estudios de apoyo se han basado en encuestas de adultos trans reclutados de grupos de defensa, que es poco probable que sean representativos. Además, una condición para recibir este cuidado es la estabilidad psicológica. Si a las personas se les negó la atención, es posible que ya tuvieran una afección de salud mental.
“Entonces, realmente, todo lo que están descubriendo es que las personas piensan más en el suicidio si comienzan con problemas de salud mental más graves”, dijo Greene a The Hill . “No están encontrando que los medicamentos son protectores”.
De hecho, Greene afirma que «facilitar el acceso a tratamientos de sexo cruzado sin el consentimiento de los padres aumenta significativamente las tasas de suicidio«.
Comparamos las tasas anuales de suicidio juvenil en los estados que permiten que los menores accedan a la atención sin el consentimiento de los padres con los estados que no lo permiten. Los datos claramente no muestran diferencias en las tasas de suicidio juvenil entre estos dos grupos de estados durante más de una década antes de 2010, cuando comienza este uso de bloqueadores de la pubertad y hormonas del sexo cruzado. Alrededor de ese tiempo, surge una diferencia en las tasas de suicidio y la brecha se acelera después de 2015 cuando los tratamientos de sexo cruzado se vuelven más comunes.
Hay un aumento del 14 % en las tasas de suicidio entre los jóvenes para 2020 en los estados que tienen una disposición que permite a los menores acceder a la atención sin el consentimiento de los padres en relación con los estados que no la tienen. El acceso más fácil a los bloqueadores de la pubertad y las hormonas del sexo opuesto por parte de los menores en realidad exacerbó las tasas de suicidio.
El informe concluye que “la ciencia no demuestra que los bloqueadores de la pubertad y las hormonas del sexo cruzado sean necesarios para prevenir los suicidios. De hecho, en todo caso, demuestra lo contrario”.
El informe fue vapuleado por activistas LGBTQI+. Jack Turban, becario de psiquiatría infantil y adolescente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, lo describió como «absurdo». Tuiteó “Todo este informe se basa en la suposición incorrecta de que los menores pueden acceder fácilmente a las hormonas sin el consentimiento de los padres”,.
Publicada en Bioedge por Michael Cook | 27 de junio de 2022 | US report slams fears of trans youth suicide
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