Un lector me envía este vídeo y comenta:
Es interesante viendo el video se me ha ocurrido si esta persona se hubiera engendrado en una familia española actual, progresista y pro-abortista.
¿Hubiera llegado a nacer?, o ¿se habría «interrumpido voluntariamente el embarazo»?
Se cumple, que había mal formaciones y está claro, que no tendría una buena calidad de vida con esas limitaciones.Sin embargo, el tipo parece excelente»¦ un luchador y un ejemplo de fortaleza humana. Parece feliz.
Es tremendo.
Es cierto que según la elección que hubiesen hecho sus padres, habría nacido o no. Si hubiesen determinado que sólo iba a llevar una vida desgraciada, y que iba a hacer desgraciados a los demás, está claro que podrían haberse inclinado por abortarlo. Lo cual pone en entredicho los juicios que muchas veces se pueden hacer sobre la felicidad de los demás.
También nos hace ver la dificultad de compaginar una postura provida y proaborto. O en su vertiente ligth: «provida para sí, proaborto para los demás». Uno puede intentar no tomar postura cuando no le afecta a él mismo, pero no dejar de ser una omisión respecto a la obligación de contribuir en la construcción de una sociedad más humana.
Recomiendo leer la explicación sobre esta omisión social: Benigno Blanco: «El aborto es la barbarie de nuestra época»
Aparte de este canto a la vida, me parece muy interesante la imagen que da sobre la actitud ante las dificultades que necesariamente aparecen en la vida
Ambos temas me parecen imprescindibles para afrontar los debates bioéticos.