miércoles, 4 de diciembre de 2024

Listas y Crisis

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Aunque el tema de esta temporada es hablar de la crisis -no se sabe si financiera o económica-, de vez en cuando vuelve a aparecer también el tema de las listas de espera en la sanidad.
De entrada debo confesar que no sé qué medidas ni quién deberí­a tomarlas para solucionar todos estos problemas. Se puede insistir en que alguien deberí­a resolverlos, y que se deberí­an tomar medidas polí­ticas para que se resolviesen. Sin duda debe ser así­, pero como no soy profesional de la polí­tica ni de la economí­a ni de la gestión sanitaria, no me atrevo a sugerir ninguna medida global.
Pero, hace unos dí­as, un amigo me contaba su caso con lo de las listas de espera. «Hace cinco meses -me decí­a-, me llamaron por teléfono del hospital, para avisarme que tení­a hora para una prueba. Habí­an pasado seis años desde que el médico del mismo hospital pidió esa prueba. Como se trataba de un caso no grave, pero sí­ importante para la vida normal, yo me habí­a hecho hace tiempo ya esa prueba. Es más, con los años, la habí­a repetido otra vez.
Le indique a la telefonista -seguí­a mi amigo- que ya tení­a la prueba hecha, y que, para acelerar la lista de espera, que como se veí­a era ya sexenal, podí­a ir directamente con los resultados de la que me habí­an hecho tres meses antes «en la privada». Sorprendentemente la operadora alzó el tono de voz y me dijo, resumiendo, que allí­ sólo valí­an las pruebas que hací­an ellos, y que si tení­a dinero para hacer pruebas «en la privada» también lo tení­a para que me diagnosticasen y me recetasen «en la privada».
Lógicamente -continuaba-, fui a hacerme la prueba «en la pública». Ese dí­a me aseguraron que en mes o mes y medio tendrí­a la consulta con los resultados, que ya me avisarí­an. Habiendo pasado cinco meses de aquello, llamé por teléfono, y me indicaron que ya tení­an los resultados, y me han citado para dentro de cuatro meses. Deben ser unos resultados fenomenales -terminaba con guasa-, porque si en «la privada» tardaron un mes en hacerme la prueba, y tres horas en darme los resultados, ahora que han tardado seis años en hacerla, cinco meses en decirme que ya tienen los resultados, y cuatro meses para decí­rmelos, los resultados y la solución serán de cine».
Respecto a la crisis económica leo en el blog «habitosvitales.com» el artí­culo: «4 hábitos que he dejado para ahorrar dinero – y cuánto me ha ahorrado». Los hábitos «dejados» son: desayunar fuera de casa, comprar 2 discos por semana y en cambio oí­r la música que ya se tiene o la de Internet, comprar 2-3 libros mes y usar las bibliotecas públicas, comer fuera 2-3 veces por semana. Ha ahorrado 2275 euros en estos meses.
Todo esto me lleva a pensar que estas situaciones de borrasca son una magní­fica ocasión para asumir la responsabilidad sobre nuestras propias acciones, que frecuentemente solemos descargar en las estructuras, el gobierno, la sociedad.
Me resulta difí­cil pensar que tras tantos retrasos en la sanidad «pública» no haya algunas actuaciones irresponsables, aunque no puedan ser reclamadas dentro de la legislación actual o de los reglamentos hospitalarios. Igualmente resulta difí­cil no pensar en desidia, cuando los informes están hechos pero nadie se acuerda de avisar, en la época de los móviles, email, y sms. No se podrán llevar a cabo acciones reivindicativas, pero sin duda algunas conciencias deben estar al rojo vivo.
También puede ser cierto que el que una persona ahorre no resuelve la crisis económica. Además tampoco se puede imponer por ley que todo el mundo ahorre de determinada manera.
Pero quizás es un buen momento para acudir a la ética, antes que a la economí­a. La ética principalmente es una cuestión de la persona, no de las leyes. Es un escuchar la voz de la conciencia. Es un asumir la bondad o maldad de las decisiones que se toman. Es muy difí­cil que tengamos una economí­a ética, si las personas individuales no asumimos ser económicamente éticos.
Estamos ante la oportunidad de volver a poner como primer valor a la persona en sí­, y dejar para un segundo lugar fijarnos en lo que tiene. Volver a valorar lo que nos dice la conciencia, por encima de las modas temporales, o de los mensajes publicitarios. En definitiva ser persona más libres, porque somos capaces de dar respuesta de nuestras acciones personales.

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Comments 2

  1. Increí­ble. Os acabo de enlazar en mi blog. Un saludo y ánimo con el Blog.

    Jesús Vélez

    http://jesusvelez.wordpress.com

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