La gente de EUK Mamie me ha invitado a mantener una entrevista sobre Bioética a través de Hangout. Evidentemente se trata de un tema tan amplio que es imposible desarrollar en 25 minutos, y que hay que acotar de forma más adecuada, y así lo haremos en otras ocasiones
Pero me ha parecido interesante recoger la grabación en el blog, porque quiero despertar más el interés por la Bioética, aunque haya ido creciendo en estos años. La Bioética es un ámbito no de profesionales sino de ciudadanos. Es cierto que los profesionales debemos trabajar para explicar los diversos planteamientos que los temas de la vida y de la bioesfera se pueden hacer. Pero son todos los ciudadanos los que deben tomar las decisiones que afectan a la totalidad de nuestra sociedad.
No podemos dejar en manos de los políticos las decisiones que afectan a la vida débil o fuerte, sana o enferma, respetuosa con la naturaleza o destructiva. Los políticos no pueden ser los grandes decididores de las cuestiones de la vida, sino la sociedad en su conjunto. Se trata de crear una cultura mediante las decisiones que cada uno tomamos. De esa cultura surgirán las leyes. Pero no al revés, aunque sólo sea porque la experiencia nos demuestra que hay tantos intereses económicos por medio, que no podemos ser tan insensatos como para estar pasivos, esperando que nos digan lo que tenemos que pensar o que hacer.
Aunque sea tan conocido siempre me gusta recordar el poema «Ellos vinieron» de Bertolt Brecht -que no es de él aunque le diese la fama sino de Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller (1892-1984)-, que dice:
«Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada».
Comments 3
Muy oportuno y certero. Seguimos
Muy bueno. Me gusta el blog.
EL PROCESO GENÉTICO EMBRIONARIO
Resulta de público conocimiento que el aborto, del fruto de toda gestación biológica filial, consiste en la destrucción necrótica del correspondiente embrión o feto.
Dada la trascendencia espiritual (eterna e irreparable) que conlleva el hacerse responsable de participación-culpable en algún aborto premeditado, o el hacerse responsable de participación-culpable en la propaganda abortista, debiera toda persona con uso de razón el saber, exactamente, “qué es un embrión o feto”. Pues bien:
Desde el punto de vista metafísico, filosófico-teológico, todo embrión se genera así:
• Supuesta la concurrencia de las condiciones físico-biológicas necesarias para el correspondiente inicio del proceso genético embrionario. En el primer instante de la existencia de nuevo individuo, ocurre que:
-Tiene efecto la llegada del alma que es enviada por Dios, alma dotada con los necesarios sentimientos genéricos y con las necesarias motivaciones y guías y luces existenciales (Código Genético Divino), para que un nuevo individuo pueda llevar a cabo su periplo por la vida terrena como partícipe-beneficiario y cooperador en la Obra de la Creación –como criatura filial de Dios–.
-El alma llegada toma posesión del material fecundativo pro-embrionario reunido de modo complementario por una madre (óvulo) y por un padre (espermatozoide).
-El alma llegada recibe la información genética funcional específica y familiar (código genético genealógico) que, instintivamente, le inspira el alma de la madre y la que le inspira el alma del padre.
-Ese alma llegada, sintetiza y unifica la doble información genética funcional específica y familiar (paterno-materna) que ha recibido, y obtiene así su, inicial, personal modelo genético codificado; al cual modelo, y con toda la capacidad de fidelidad instintiva que le faculta el componente genético Código Genético Divino, procurará ir adaptando ese alma sus consecuentes actividades genéticas, embrionarias y fetales.
• A partir de ese primer instante, ya existe una nueva persona que, con toda fidelidad instintiva a los designios de Dios, procurará realizar el proceso biológico denominado fecundación e ir capacitándose orgánica y funcionalmente para poder llegar a ser una eficaz colaboradora en la Obra de la Creación.
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Por: José Antonio Chamorro Manzano