Aunque los titulares más generales han hablado de hijos de tres padres, en realidad habría que decir hijos de dos padres y medio, y ni siquiera eso, porque la aportación de uno de ellos se reduce a una cantidad entre el 0,1 y el 0,2% del hijo.
Para entender el tema vayamos por partes.
¿Cómo surge? El problema está en algunas enfermedades «raras» cuyo origen está en el mal funcionamiento del ADN mitocondrial. Se trata de un ADN que no está contenido -como es habitual- en el núcleo de la célula sino en orgánulos -mitocondrias- que se hayan en el citoplasma de la célula. Su función es proporcionar energía a la célula. Cuando no funciona bien, puede afectar a diversos órganos.
Por ser enfermedad mitocondrial, solo lo transmiten las mujeres, aunque pueden sufrirlo tanto unos como otras. En España 220 personas sufren algún tipo de enfermedad procedentes de este ADN.
Solución que se ha propuesto y que acaba de ser aprobada -3 de febrero 2015- por la Cámara baja británica (falta su aprobación por la Cámara alta): que en las mujeres que se conoce que sufren de esta condición se acuda a la fecundación in vitro, evitando la transmisión de las mitocondrias.
En concreto, de un óvulo de la madre se extrae el núcleo; se acude a una donante de óvulos cuyas mitocondrias estén sanas, y se sustituye el núcleo del óvulo por el núcleo de la madre. El nuevo óvulo resultante se fecunda con espermatozoides del padre. Al final tenemos un embrión cuyo ADN proceden al 49,8% de la madre, al 0,1-0,2 % de la donante, y al 50 % del padre.
Una variante de esta técnica, que también se ha experimentado es trabajar no con óvulos, sino con cigotos -embriones de una célula-. En este caso el proceso implica la destrucción de uno de los dos embriones humanos obtenidos por fecundación in vitro.
Al final, se trata de una aplicación más de la fecundación in vitro, utilizando lo que se va aprendiendo para manipular el embrión. Desde el punto de vista de la opinión pública recogida por la HFEA (Human Fertilisation and Embryology Authority) del Reino Unido, la aprobación ha sido mediana. De todas formas este organismo habitualmente ha dado permiso para utilizar las técnicas más avanzadas, como fue el caso de la clonación terapéutica, o de la hibridación de embriones humanos con material animal
Desde el punto de vista ético cabría señalar que además de los aspectos de valoración ética de la fecundación in vitro, en este caso hay que añadir que, aunque sea a pequeño nivel, se ha empezado a actuar sobre la dotación genética, y que por tanto lo que se haga va a transmitirse a la descendencia. Por ello debería cuidarse mucho el análisis de los cambios reales que se producen en la aplicación de esta técnica.
Referencias.
- Gráfico de la técnica
- Los bebés con dos madres pueden ser más sanos
- Niños con dos madres y un padre genéticos
- Asociación de enfermos de patología mitocondrial
- Objeciones éticas a la tecnología de los embriones tri-parentales
Foto de Gastón Giambelluca. Flickr
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