No hay mal que por bien no venga. La guerra en Ucrania está creando dificultades para su industria de subrogación. Pero algunos clientes potenciales están mirando hacia el pequeño país de Georgia, al otro lado del Mar Negro.
Según un artículo de Radio Free Europe:
“La subrogación es una industria local cada vez más conspicua que ha florecido en Georgia bajo un marco legislativo y regulatorio laxo, aparentemente destinado a capitalizar la creciente demanda mundial y de la renuencia de otros países a aceptar el alquiler de vientres».
Vallas publicitarias en la capital, Tbilisi, anuncian oportunidades de gestación subrogada para mujeres de entre 19 y 38 años.
La subrogación comercial es legal en Georgia, pero solo para parejas heterosexuales casadas o no casadas. Las agencias aconsejan a los homosexuales solteros y casados(?) que vayan a países como Chipre, México o Colombia.
El marco legal en Georgia protege los derechos de los padres encargados. El nombre de la madre gestacional no figura en el certificado de nacimiento; solo aparecen los padres de intención.
Un estudio realizado el año pasado por un bioeticista canadiense concluyó que las madres sustitutas en Georgia son muy vulnerables a la explotación:
Si bien inicialmente repiten como un loro el mantra típico de ayudar a las parejas infértiles a tener hijos, estas mujeres finalmente admiten que se convierten en gestantes subrogadas para salir de la pobreza o dejar situaciones abusivas. Algunas portadoras subrogadas tienen opciones mínimas de supervivencia y las agencias de subrogación en Georgia las convencen de que esta oportunidad seguramente cambiará sus vidas. Las mujeres que no tienen hogar o que viven en refugios y casas seguras suelen ser objetivos de estas agencias. Para algunos, la gestación subrogada mejora su situación financiera. Para otros, es una pesadilla. Algunas mujeres revelaron que no les pagaban si no lograban llevar el feto a término. La situación de explotación es obvia.
Tamar Gvazava, que dirige una agencia de gestación subrogada en Tbilisi, cuenta a RFE que ha organizado los nacimientos de más de 3.000 niños.
“La mayoría de las madres sustitutas dan este paso debido a las condiciones sociales más duras”, dijo. “Estas mujeres [por lo general] tienen hijos, no tienen casa, ni ingresos [propios]”.
La mayoría de los clientes son extranjeros.
Publicada en Bioedge por Michael Cook | 15 de noviembre de 2022 | Georgia is becoming an international surrogacy hub
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