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Generalizar la anticoncepción no disminuye los abortos

Esta afirmación podrí­a parecer un atentado contra el tópico «para disminuir los abortos, fomentemos los métodos anticonceptivos«. Sin embargo forma parte de las conclusiones que se sacan del estudioLes interruptions volontaires de grossesse en 2010, que acaba de publicar el Ministerio de Asuntos sociales y Sanidad francés.

En el añoen el año 2010, 212.000 mujeres practicaron un aborto.Al mismo tiempo «el 91% de las mujeres reportaron el uso de anticonceptivos, y en concreto usaban anticonceptivos dos tercios de las personas que recurrieron al aborto». Han sidomujeres de 20 a 24 años las que han utilizado en su mayorí­a el aborto, seguidas por las más jóvenes todaví­a que incluyen a 12.000 menores de edad en 2010.La tasa de aborto es de 14,7 abortos por cada 1.000 en las mujeres de 15 a 49 años.

Philippe Deruelle Secretario General del Colegio de Ginecólogos y Obstetras de Francia, constata: «la conclusión, de nuevo decepcionante, antes estos resultados es que la anticoncepción generalizada no tiene impacto en las tasas de aborto«

Por el contrariola ministra de Salud, Marisol Touraine, «anunció[…]El libre acceso a la pí­ldora del dí­a después en las universidades, y la disponibilidad de anticonceptivos en la farmacia con una prescripción de un año. «

Evidentemente, a una persona que ya usa anticonceptivos, la pí­ldora del dí­a después -mas bien de los cinco dí­as-, no le interesa el efecto anticonceptivo que pueda tener, porque ya lo practica. Lo que se propone es interrumpir el desarrollo del embrión. Algunos a eso no quieren llamarlo aborto, porque sitúan el inicio del embarazo en el dí­a 14 de la concepción. Pero es una posicióndifí­cil de justificar a no ser que nos quedemos en el mero juego de palabras.

Tengo la impresión de que en el tema de sexualidad – anticoncepción – pí­ldora del dí­a después – aborto, hay que empezar a desmitificar la creencia de que se trata de problemas técnicos y que todo se resuelve con más conocimiento de las técnicas y más instrumentos para facilitarlas. El planteamiento que se hace es el del bombero que echase bencina al fuego con el razonamiento de que como es un lí­quido deberí­a sofocarlo.

La persona humana tiene unos comportamientos sexuales que fundamentalmente son «humanos», no son «animales». Por eso lo que puede funcionar bien en animales, no funciona bien entre personas.

Si el lí­quido que estamos utilizando una vez y otra hace que el incendio crezca, habrá que ir cambiando de lí­quido.

 

 

 

 

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