El panorama de la objeción de conciencia ha cambiado. En 2006, cuando el aborto era legal en los Estados Unidos en las décadas posteriores a Roe v. Wade, el bioético de Oxford Julian Savulescu afirmó qu:
«Cuando se trata de un verdadero deber, la objeción de conciencia es errónea e inmoral. Cuando se trata de un deber grave, debería ser ilegal. La conciencia de los médicos tiene poco lugar en la prestación de la atención médica moderna».
Este fue un enfrentamiento militante contra los médicos que se negaban a realizar abortos legales y se excusaban apelando a sus conciencias por motivos éticos o religiosos.
Sin embargo, Roe v. Wade fue anulado por Dobbs v Jackson.
Ahora se ha dado la vuleta a la tortilla. Hay médicos que sienten que deben practicar abortos, aunque esto sea ilegal en aproximadamente la mitad del país.
Esta es la pregunta que el profesor Savulescu y otros tres destacados bioeticistas, Udo Schuklenk, Francesca Minerva y Alberto Giubilini, abordan en el Journal of Medical Ethics.
Obviamente, no apelan a la noción equivocada e inmoral de la objeción de conciencia por parte de los médicos abortistas. En cambio, señalan que las asociaciones profesionales de médicos (incluida la Asociación Médica Mundial) apoyan el aborto como una forma de atención médica. Los médicos pueden estar seguros de que sus colegas los respaldan cuando realizan un aborto porque, presumiblemente, es lo mejor para la mujer.
Expusieron la situación en una publicación en el blog de Practical Ethics:
Suponiendo que es al menos razonable pensar que los fetos no tienen un estatus moral que supere el valor de la salud y la autonomía de la mujer, el criterio del “mejor interés médico” implica que, como mínimo, los médicos estarán justificados profesionalmente para practicar abortos a mujeres en jurisdicciones donde es ilegal, cuando existe una amenaza grave para su vida o su salud. Tal como están las cosas ahora, los códigos de las organizaciones profesionales reconocen a la mujer como paciente principal, lo que es consistente con una comprensión plausible del estándar de interés médico superior de las obligaciones profesionales basado en argumentos éticos razonables y defendibles.
Pero incluso si las asociaciones profesionales aprueban el aborto, también instan a los médicos a trabajar dentro de la ley.
«Esto significa que un médico que actúa contra la ley, pero de acuerdo con lo que serían las normas profesionales (por ejemplo, la beneficencia) está actuando de forma no profesional y, por tanto, podría perder su licencia».
Esto coloca a los médicos abortistas en una posición de desventaja. Si obedecen la ley, actúan de forma poco profesional; si la infringen, también actúan de forma poco profesional.
La solución de los bioeticistas es pedir a las asociaciones profesionales que dejen de insistir en que los médicos operen dentro de la ley.
Si se piensa que el aborto es en el mejor interés médico de una mujer y las consideraciones de los intereses de la mujer prevalecen sobre las consideraciones del estatus moral del feto, entonces los códigos profesionales deberían eliminar el requisito profesional explícito de operar dentro de la ley en sus directrices sobre el aborto. Además, las organizaciones profesionales no deberían castigar a sus miembros y, de hecho, deberían presionar para protegerlos contra las sanciones legales que pertenecen al ámbito profesional, como la cancelación del registro de los profesionales que se adhieren a las buenas normas de la ética médica. Al fin y al cabo, seguían normas profesionales, que es lo único que entra dentro del ámbito de competencia de las organizaciones profesionales.
La ética médica, en otras palabras, siempre debe prevalecer sobre la ley.
Publicada en Bioedge por Michael Cook | 04 de febrero de 2023 | Seeking an ethical way to support pro-abortion doctors in anti-abortion states
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