En un dictamen hecho público el 13 de julio, la Academia Nacional de Medicina (ANM) vuelve a afirmar su oposición a la eutanasia. Por primera vez, sin embargo, admite “excepcionalmente” el suicidio asistido.
Una transgresión del juramento hipocrático
La eutanasia debe «descartarse, dado su fuerte significado moral y simbólico, pero también porque los profesionales y los miembros de las asociaciones de apoyo al final de la vida se oponen a ella», escriben los académicos. Su legalización correría el riesgo de «confundir los referentes de su vocación» e incluso «agudizar la actual crisis de falta de cuidadores«.
La eutanasia consistente en la administración de un producto letal por parte del médico, transgrede el juramento hipocrático que estipula que “no causaré la muerte”, se recuerda que la academia mantiene su oposición.
“Al menos, hemos logrado hacernos oír sobre este punto” concede Sophie Moulias, geriatra de hospital y miembro de la Sociedad Francesa de Geriatría y Gerontología (SFGG).
“Antes de tener la autorización de matar, ya queremos tener la de curar” insiste el médico. “Si algunas personas encuentran insoportable el final de su vida es en parte porque no se benefician de la atención a la que tienen derecho. ¡Esta es la emergencia!» denuncia, recordando la falta de cuidados paliativos en Francia.
¿La “incorporación prudente y supervisada” del suicidio asistido?
«Teniendo en cuenta la voluntad del legislador» de cambiar la ley, la academia se muestra ahora a favor de «la incorporación cuidadosa y supervisada» del suicidio asistido. La institución lo accede «con carácter excepcional» y «bajo condiciones imperativas«, con el fin de «ayudar a morir lo menos mal posible«, añade.
En su dictamen, recomienda excluir del ámbito del suicidio asistido «los trastornos psicológicos, la depresión, la vejez con trastornos cognitivos comprobados y las enfermedades y discapacidades con alteración del juicio». Solo “una persona con capacidad de discernir y que se beneficia de cuidados paliativos puede hacer una solicitud que debe resultar informada, libre y reiterada”.
Los académicos también consideran que toda solicitud debe ser validada por varios médicos, y que se debe prever una cláusula de conciencia para los practicantes que no quieran participar en el acto.
“Más desventajas que ventajas”
El dictamen fue adoptado el 27 de junio con 60 votos a favor, 24 en contra y diez abstenciones.
La psiquiatra Sarah Dauchy, presidenta del Centro Nacional de Cuidados Paliativos y al Final de la Vida, cree que esta opinión “tiene el mérito de cuestionar de manera muy concreta las garantías a brindar”. “Excepto que una vez iniciado el proceso, los candados iniciales saltan uno tras otro”, señala Sophie Moulias. “Ya sea en Canadá, Suiza, Bélgica o los Países Bajos, las personas que están deprimidas o que sufren de trastornos cognitivos ahora están siendo sacrificadas”, advierte.
Por su parte, el Dr. Jean Leonetti señala que “el suicidio asistido es ciertamente preferible a la eutanasia”. “Pero tiene más inconvenientes que ventajas”, advierte.
Publicada en Genethique | 18 de julio de 2023 | Fin de vie : l’Académie de médecine s’oppose à l’euthanasie
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