Esta mañana (27 de noviembre) Fernando Onega comentaba la noticia reciente de que el investigador chino He Jiankui de Shenzhen(en la foto) afirma haber editado genéticamente dos embriones sanos, lo que dio como resultado el nacimiento de niñas nacidas este mes
Su comentario era ¿qué importa más el avance médico, suponiendo que lo sea en beneficio de la salud , o los condicionantes éticos de ese avance? (2:38:38)
Puesto que se trata de un buen profesional hay que suponer que no era muy consciente de que su argumentación puede ser superficial e incluso muy peligrosa. En efecto, ese mismo argumento de que el éxito terapéutico justifica cualquier medio, y que la ética es un impedimento para el progreso es el mismo que utilizaban los médicos nazis para sus experimentaciones con seres humanos.
La ciencia avanza cuando se es riguroso en el seguimiento de los protocolos de investigación para alcanzar los resultados que se proponían. El profesor Savulescu –Director Oxford Uehiro Centre for Practical Ethics- escribe: «Si es cierto, este experimento es monstruoso. Los embriones estaban sanos. No se conocen enfermedades. La edición de genes en sí misma es experimental y todavía está asociada con mutaciones fuera del objetivo, capaces de causar problemas genéticos en una etapa temprana y posterior de la vida, incluido el desarrollo de cáncer.»
Por otra parte no hay que olvidar que la ética no es más que la ciencia que estudia los caminos para ser felices. Ciertamente esos caminos no son todos los que pueda imaginar el ser humano. Por eso la ética habla de que hay acciones buenas y malas. Pero cuando dice malas, lo que está significando es que por ahí no se va hacia la felicidad. Por tanto la ética es condicionante como lo son los «quitamiedos» en las carreteras. Afirmar que es mejor poder conducir en cualquier dirección sin obstáculos en un pensamiento que lleva directamente al barranco.
Las últimas noticias hablan de un rechazo general de esta experimento