En los últimos años, algunos bioéticos han abordado el controvertido tema del derecho al placer sexual. Las personas con discapacidad a menudo no pueden experimentar esto.
¿Es esto una violación de sus derechos humanos?
Recientemente, el Journal of Medical Ethics publicó un artículo del académico sueco Jon Wittrock, quien creó un marco para resolver este problema. Supone que la dignidad humana es aproximadamente sinónimo de autonomía. Luego examina cuatro dimensiones de la autonomía:
- “Libertad (libre de amenazas y coerción).
- Oportunidad (opciones para elegir).
- Capacidad (lo que un agente es capaz de hacer).
- Autenticidad (el grado en que las elecciones son genuinas)”.
La autenticidad sexual es el último objetivo del derecho al placer sexual.
Wittrock recomienda una serie de estrategias igualitarias para ayudar a las personas con discapacidad a ejercer su derecho al placer sexual, todas ellas bastante controvertidas:
- Distribución de información básica estandarizada a todos los alumnos de un determinado grupo de edad.
- Derecho a la educación sexual, asesoramiento subvencionado y terapia de pareja.
- Asistencia en el desarrollo de capacidades sexuales por parte de doulas sexuales o sustitutos sexuales.
- Campañas que promuevan el placer compartido y difundan ampliamente la información a través de la radiodifusión pública.
- Subsidios de atención sexual para todos los adultos; puede utilizarse para asesoramiento, terapia, consultas de atención médica y, si es legalmente apropiado y se considera moralmente aceptable, trabajo sexual remunerado
- Subvencionar el acceso a asistencia mecánica o a proveedores de atención capacitados que ayuden a la masturbación.
- Acceso a representaciones realistas de una gama más amplia de normas y experiencias sexuales a través de la radiodifusión pública; Subvencionar y regular aplicaciones de citas justas y accesibles.
Publicada en Bioedge por Michael Cook | 15 de febreo de 2024 | Is there a human right to sexual pleasure? If so, should the government subsidize it?
