Nueve de cada diez madres con niños a los que se les detectaespinabífidadeciden abortar a su bebé. Se trata de una enfermedad grave que es acogida entre los motivos para el aborto terapéutico, en aquellas legislaciones que lo permiten. Cuando se le deja al niño nacer, se acude a la cirugía temprana para disminuir los defectos producidos por esta enfermedad.
La proporción manifiesta el frecuente recurso al aborto como técnica para evitar los problemas de la vida del niño si hubiera nacido, aunque con el costo de acabar con su vida.
En dos países: Holanda y Bélgica, el nacimiento de un niño con esta enfermedad se considera causa suficiente para que los padres puedan decidir la eutanasia del niño.
Hasta aquí se trata de la tendencia de una cultura -una forma de enfocar la vida- que ante problemas graves opta por la muerte del sujeto que los padece.
Pero hay otros muchos que son partidarios de una cultura de la vida: ante los problemas buscar soluciones compatibles el respeto a la vida en todas las situaciones.
El holandés Rob de Jong, ha hecho un estudio donde ser revisan los postulados que llevaron en el hospital de Groningen a promocionar la eutanasia de bebés con esta enfermedad:Deliberate termination of life of newborns with spina bifida, a critical reappraisal. En este estudio se muestra como se trató de postulados científicamente falsos.
Por otra parte, estamos asistiendo a un crecimiento lento pero imparable de operaciones llevadas a cabo en el útero materno para cortar el desarrollo de esta enfermedad, con resultados muy buenos:
Suisse : deux foetus opérésin uterod’un spina bifida
Muy interesante el reciente estudio publicado en The New England Journal of Medicine:A Randomized Trial of Prenatal versus Postnatal Repair of Myelomeningocele, que llega a conclusiones favorables a la operación intrauterina del bebé enfermo.
El diverso tratamiento de esta enfermedad pone de relieve la importancia que puede tener adoptar una postura favorable a la vida para enfrentarse con las enfermedades.