Se ha presentado ante la Cámara de Representantes de los EEUU una resolución condenando el suicidio asistido. Ambas posturas del debate lo han considerado todo un logro, a pesar de no tener fuerza de ley y que exprese de manera sucinta el «juicio del Congreso´´.
La resolución, Resolución Concurrente de la Cámara nº 80, establece:
…el suicidio asistido (también denominado muerte digna, opciones para el final de la vida, ayuda para morir y otros) se dirige a todas las personas, incluidas aquellas más vulnerables, en peligro de daño mortal desprestigiando así la integridad del sistema de salud.
Además, la resolución continúa refiriéndose a la necesidad de cuidados paliativos y a la tragedia que supone el suicidio. Insiste en que es el gobierno único titular del derecho y del deber de legislar sobre los cuidados relativos al final de la vida:
No hay ninguna base constitucional sobre la que sustentar el suicidio asistido; se trata de un interés legítimo del Gobierno en prohibir el suicidio asistido, y que tales prohibiciones han de verse reflejadas, de manera racional, en «proteger al vulnerable´´, «proteger a los discapacitados y a las personas con enfermedades terminales de estereotipos discriminatorios, negativos e imprecisos, y de la indiferencia social´´.
Igualmente critica de implacablemente la falta de transparencia en aquellos estados donde el suicidio asistido es legal:
Hay una sorprendente falta de transparencia en la práctica del suicidio asistido hasta tal extremo que los departamentos de salud de los estados, así como otras autoridades, reconocen que no disponen de métodos para constatar que las prácticas se han realizado conforme a los límites legales de esos estados, añadiendo en todo caso que no gozan de financiación ni de la autoridad suficiente para hacer tal cosa…
[y] algunas leyes estatales encubren con prontitud el suicidio asistido ordenando al médico que determine la causa del fallecimiento como la condición subyacente sin hacer mención a la muerte por suicidio.
Los defensores del suicidio asistido quedaron horrorizados por el avance que supuso la resolución. «Aunque no tenga fuerza de ley, apremiamos a los miembros del Congreso a rechazarla. Contiene declaraciones falsas e ignora a los votantes que férreamente defiende esta opción para el final de la vida,´´ declaró Barbara Combs Lee, presidente de la ONG Compassion & Choices, quien en 1994 participó como coautora en la redacción de la primera ley nacional médica sobre la ayuda para morir en Oregon.
Por Michael Cook :US Congress ponders assisted suicide
Traducción: Enrique Montero
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