Una empresa valenciana descubrió hace dos años un nuevo nicho de mercado: la ecografía emocional
Todos hemos recibido ecografías en fotos o incluso en vídeos de amigas que están esperando un hijo. Se trata de una técnica normal en el proceso del embarazo, para detectar algún problema en el feto, con el fin de hacer un diagnóstico. Es lo que llamaríamos una ecografía de diagnóstico.
Pero esta técnica puede enfocarse en otra dirección. «Los padres querían ver a toda costa los rasgos de su hijo ante de que naciera, y las ecografías diagnósticas no les dejaban satisfechos en ese sentido.» Así se creó el concepto de ecografía emocional.
Se trata de ecografías tomadas en 3D, y vídeos que recogen todos los movimientos del bebé, y que incluyen sonido, especialmente los latidos del corazón.
Esta oferta se ha difundido entre las mujeres embarazadas, y la empresa está abriendo establecimientos en diversas ciudades. En estos dos años han pasado más de 3.000 madres por sus centros. La recomendación es acudir por lo menos en las semanas 16, 22, y 28 de embarazo. Y los momentos de más demanda son los días en el entorno del 14 de febrero (día de los enamorados) y el 19 de marzo (día del padre).
Este fenómeno empresarial me parece pone de manifiesto algunas realidades sobre el embarazo.
La primera es que para los padres, lo que la mujer lleva en su seno es su hijo. Esta es la expresión primera de la naturaleza humana. Se podrán establecer distinciones teóricas sobre tiempos, características de desarrollo, o derechos, pero cualquier mujer cuando toma conciencia de estar embarazada sabe que lo que lleva dentro es otro ser.
Por otra parte los padres están deseando conocer las características propias de su hijo: sus ojos, su nariz, sus manos»¦ No es lo mismo ver un documental de National Geographic como «El misterio de la vida», porque este muestra un impersonal genérico que puede ser admirado pero no amado. Los padres quieren ver a su hijo, al que ya aman.
Este fenómeno pone de manifiesto el vínculo real que se ha creado entre los padres y el hijo, desde el momento de la concepción. Vinculo (de apego) que en la madre tiene unos componentes biológicos de tipo hormonal e incluso supone unas trasformaciones cerebrales e inmunológicas que han sido recientemente estudiadas.
Esta base biológica e instintiva explica el gran sufrimiento de las mujeres cuando pierden al niño durante el embarazo, y la necesidad de una atención incluso sicológica en algunos casos, para superar la ruptura de ese vínculo.
Recientemente se ha aprobado en España una ley que facilita abortar. No voy a decir nada sobre esa ley que otorga a los padres el poder de tomar decisiones que van a ser decisivas para su vida, para su relación de pareja, y para la misma sociedad.
En cambio me parece muy importante insistir en que la sociedad debe proveer de los medios reales y prácticos para que las decisiones se tomen con verdadera libertad y autonomía. Con frecuencia las prisas, la presión de familiares, y en ocasiones de personal sanitario, impiden que se pueda hablar de consentimiento informado en las mujeres que abortan.
En otras ocasiones el abandono moral, social o laboral que puede sufrir la embarazada, manifiesta un aspecto cínico de nuestra sociedad cuando habla de libertad, pero no facilita los medios para poder ejercerla. Hemos adelantado a Europa en cuanto legislación permisiva del aborto, pero estamos a años luz respecto a la atención de la mujer embarazada.
Para poder hablar de libertad quizá también sería conveniente que las mujeres pudieran conocer una ecografía de su embarazo, antes de interrumpirlo voluntariamente.
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