La administración Biden retrasó la advertencia al público sobre riesgos cardíacos relacionados con las vacunas contra el COVID. En respuesta, una comisión de salud de la era Trump, MAHA, está promoviendo una política de vacunación más transparente y estudios de seguridad a largo plazo mediante ensayos controlados con placebo.
Tras un explosivo informe del Senado que reveló que la administración Biden ocultó intencionalmente datos al público que mostraban que la vacuna contra el COVID estaba asociada a graves riesgos para la salud que resultaron en cientos de muertes, un nuevo informe de la comisión Make America Healthy Again (MAHA) de la administración Trump está solicitando pruebas de seguridad más rigurosas para las vacunas.
Según The Daily Wire, un informe del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado concluyó que funcionarios de salud dentro de la administración Biden sabían, ya en febrero de 2021 —a pocos meses del lanzamiento de la primera vacuna contra el COVID—, que la vacuna estaba asociada a miocarditis y pericarditis (inflamación del corazón), y que se habían reportado casi 1.000 muertes tras la vacunación, muchas de ellas de origen cardiovascular.
Sin embargo, el informe señala que, en lugar de informar al público sobre las muertes y los riesgos de salud conocidos asociados con la vacuna, los funcionarios de salud de EE. UU. “minimizaron la preocupación” y deliberadamente “retrasaron informar al público sobre el riesgo” hasta junio de 2021, por temor a que la información generara “vacilación ante la vacuna” entre la población.
Minimizaron las señales
El informe del Senado detalló cómo el Ministerio de Salud de Israel descubrió antes que los funcionarios estadounidenses la relación entre la vacuna y la miocarditis, ya que la vacuna se distribuyó en Israel antes que en EE. UU. Funcionarios israelíes notificaron a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en febrero sobre “numerosos informes de miocarditis, especialmente en jóvenes, tras la administración de la vacuna de Pfizer”.
El Subcomité del Senado obtuvo 2.400 páginas de documentos mediante solicitudes basadas en la Ley de Libertad de Información (FOIA) para compilar el informe. “Durante varios meses estuvieron hablando sobre estos temas. En cierto momento, incluso dijeron internamente:
‘¿Existe una señal de seguridad relacionada con la miocarditis?’
Y la respuesta fue ‘sí’”, declaró el senador Ron Johnson (republicano por Wisconsin), presidente del comité, a The Daily Wire.
“Y aun así, unos días después, decidieron no emitir una advertencia a través de la Red de Alerta Sanitaria (HAN)”.
“En lugar de ofrecer consentimiento informado, las agencias de salud federales, bajo la administración Biden, lo encubrieron”, afirmó Johnson. “Minimizaron las señales. … Violaron el principio inviolable del consentimiento informado”.
Los documentos se obtuvieron a través de solicitudes FOIA dirigidas a la administración Trump, y el resumen ejecutivo del informe señala que la administración Biden obstruyó los pedidos de documentos hechos por el comité de Johnson.
El informe de la Comisión MAHA
De cara al futuro, la administración Trump parece buscar una transparencia mucho mayor respecto a las vacunas que la administración Biden. El jueves, la comisión Make America Healthy Again (MAHA) publicó un amplio informe de 73 páginas sobre las causas subyacentes que impulsan “la cruda realidad del deterioro de la salud infantil en Estados Unidos”.
En una sección titulada “La sobremedicalización de nuestros niños”, el informe destaca que, desde 1986, “el número de vacunas recomendadas en el calendario infantil del CDC ha pasado de 3 inyecciones a 29”. Según el informe, este aumento astronómico supera con creces el número de vacunas en calendarios de países europeos comparables, como Dinamarca, que tiene aproximadamente la mitad.
El informe MAHA señala que “como con cualquier medicamento, las vacunas pueden tener efectos secundarios que deben sopesarse frente a sus beneficios”. No obstante, el informe continúa: “A pesar del crecimiento del calendario vacunal infantil, ha habido una investigación científica limitada sobre la relación entre las vacunas y las enfermedades crónicas [y] los efectos de las lesiones vacunales…”
Por ello, el informe solicita aumentar el rigor de las pruebas de seguridad de las vacunas, incluyendo el uso de ensayos controlados con placebo, un “estándar de oro” en las pruebas de seguridad que no se utilizó para evaluar las vacunas contra el COVID.
“Nuestra comprensión de la seguridad de las vacunas y su posible relación con enfermedades crónicas se beneficiaría de diseños de ensayos clínicos más rigurosos, incluyendo el uso de placebos verdaderos, tamaños de muestra más grandes y períodos de seguimiento más prolongados”, escribió la comisión MAHA.
“Muchas vacunas en el calendario infantil del CDC se probaron con grupos de participantes pequeños, sin ensayos controlados con placebo inerte, y con una supervisión de seguridad limitada, algunas de solo seis meses o menos —lo que genera preocupaciones sobre la capacidad para detectar efectos adversos raros o a largo plazo”.
El Dr. Robert Malone, médico y bioquímico que realizó investigaciones pioneras sobre vacunas de ARNm y ADN y se convirtió en un crítico destacado de las deficiencias en los protocolos de seguridad de la vacuna contra el COVID, expresó un optimismo moderado respecto al informe MAHA.
“El énfasis del informe en la transparencia y la prevención está alineado con los objetivos de salud pública, pero su enfoque cauteloso respecto a los pesticidas y las vacunas puede reflejar compromisos políticos”, escribió en una publicación en su página de Substack el jueves. “… Lo que ocurrió hoy es fundamental. Es esencial para el legado de Trump. Esto significa que MAHA sobrevivirá y realmente marcará una diferencia en la política sanitaria de Estados Unidos”.
Publicada en The Daily Declaration por Dan Hart | 28 de mayo de 2025 | Docs Reveal Biden Admin Coverup of COVID Vaccine Dangers as MAHA Report Calls for Safety Tests