Los payasos son unos profesionales de gran altura, que consiguen el difícil arte de hacer reir, superando su estado de ánimo.
Una parte importante de su vis cómica consiste en hablar como si se estuviese dialogando, cuando en realidad cada uno habla desconectado de lo que dice el otro. Una parte de la gracia estriba en que resulta sorprendente que las respuestas que nos parecen lógicas nunca las lleguen a pronunciar los payasos que hablan. Cada uno está indiferente a lo que dice el otro.
Me acuerdo de algo que me repetía mi madre cuando era pequeño: «cuando uno no quiere, dos no riñen». Pues algo así está ocurriendo: «cuando uno no quiere, dos no dialogan»
Quizá podríamos pensar que el fuerte aumento del número de parados, la destrucción de empresas, el aumento del número de abortos y de forma importante en adolescentes, o la situación de mujeres embarazadas con dificultades para sacar adelante su embarazo, serían temas importantes que merecerían un diálogo social, y que cada uno aporte lo que pueda porque a todos nos están afectando estos problemas.
En cambio, ¿qué estamos admitiendo que ocurra en nuestra sociedad? Se organiza un «Debate sobre el Estado de la Nación», pero un día antes aparece un conejo de la chistera: «la píldora del día después se va a repartir a cualquiera, tenga la edad que tenga, y sin ninguna prescipción médica». De todas formas no pasa nada porque en realidad también adelantamos la aprobación de una nueva ley de aborto, donde cualquier embarazada podrá abortar durante los primeros meses tan sólo con desearlo, sea cual sea su edad y sin que necesite ningún permiso. Además, no pasa nada porque vamos a ponerle el nombre de Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo, con lo cual quedará claro que el aborto tiene que ver con la salud, porque el aborto favorece la salud.
Además se afirma con rotundidad:
- nos importa que suba la natalidad: GAG: Corbacho propone aumentar la natalidad para asegurar las pensiones
- nos preocupa el aumento de abortos de adolescentes: por eso se les va a quitar las trabas para que usen la píldora del día después, que no es abortiva, porque asegura que no se conciba, y en todo caso interrumpe el embarazo cuando el embrión intenta implantarse en el útero materno. Eso si, nadie se va a dar cuenta.
- el uso de esta píldora disminuye los abortos. Aunque no hay estadísticas que corroboren esta afirmación, sino más bien dicen que ocurre lo contrario. Pero no hablemos de estas estadísticas, sino de lo que queremos que ocurra, porque no tenemos dudas de que la sociedad será lo que nosotros queremos.
- se debe utilizar con precaución y no de forma regular, por eso se despachará sin receta y con la abundancia que se quiera, porque no vamos a poner una lista apuntando cuántas veces se la ha llevado una chica. Es más, ni siquiera vamos a tratar el tema de los efectos secundarios, para que ninguna se sienta reprimida a usarla en todo momento.
- para facilitar la libertad de todos, vamos a obligar a que todos los farmacéuticos la tengan. No habrá posibilidad de objeción de conciencia
- que todo sea legal, por eso no hacemos caso a las dos sentencias que ha emanado la Audiencia Nacional y el Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo, en lo referente a la edad y a la receta
- Ya está todo hecho, y es supérfluo discutir. Es más supondría una gran intolerancias y un espíritu catastrofista hacerlo. Por eso, aunque nada sea legal todavía, hagamos un ambiente global -los medios de comunicación-, de que ya todo está hecho.
Todo esto hagámoslo rápido porque hay que ser eficaces, y sobre todo no hay que tolerar que nadie opine lo contrario, porque manifestaría una gran intolerancia a lo que pensamos nosotros. No hace falta que haya mucho debate, basta una cierta apariencia. Porque es evidente que lo nuestro es lo mejor.
Es difícil no calificar estas situaciones como de diálogos de circo. No hay interés por conocer la mínima realidad de la sociedad y la persona humana, tal como la estudian la sociología o la antropología. Tampoco se respeta la coherencia en la argumentación, porque se tiene una gran confianza en la comunicación, sin que importe la verdad del mensaje, o su contradicción con el de la semana pasada en los mismos medios.
Me decía un amigo italiano que en Europa algunos admiran lo avanzado de nuestras leyes sobre derechos civiles, pero que les sorprende también nuestra irresponsabilidad en el ejercicio de estos mismos derechos civiles.
Pero no todo es negativo. Precisamente porque hablamos de seres humanos, y de sociedad humana. Las personas tenemos una gran capacidad de salir de nuestros errores, y de cambiar el rumbo de la historia. Hace falta ponerse a ello, capacidad de sufrir con las consecuencias de los errores, y una buena dosis de paciencia para perserverar en la difusión de un diálogo respetuoso con los otros, en el que todos buscamos aprender, y del que todos salimos enriquecidos.
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Comments 4
La clave es la educación. Este pais ha perdido el tren de la educación y por el camino se han perdido varias generaciones de calidad educativa en contenidos y lo que es más grave, en valores. No se forma en valores a los alumnos ni a los formadores (padres y educadores). No hay espíritu crítico, por que sin criterio no puede haber crítica. Y como consecuencia de todo ello no hay líderes formados en valores que transmitan esos valores y orienten a la sociedad.
Igual que se consume irracionalmente, se consumen opiniones por filia o fobia ideológica o de afinidad personal, sin pensar si son o no son opiniones positivas o negativas para la sociedad, incluso para uno mismo o para la propia familia.
Más educación y menos ordenadores portátiles.
Resulta cada vez más evidente -cuando se quiere ver- que muchas de estas cuestiones, por decir así, «sociales» no son más que una cortina de humo para ocultar agudos problemas económicos y de gestión de gobierno. Su gravedad, sin duda, va más allá de ser materias instrumentales; pero son útiles al gobernante si mantienen la atención lejana de terrenos en que no puede encontrar consenso.
Respecto al comentario de Carlos, sobre la educación como clave, estoy bastante de acuerdo; pero creo que es algo más complejo. La educación, entendida como «adoctrinamiento», era uno de los grandes instrumentos indicados por Gramsci para extender su ideología. No me parece que la clave esté en «más educación y menos ordenadores portátiles» (aunque entiendo que es sólo una frase emblemática con algo de provocación), sino tal vez en la libertad de la educación y, por tanto, en la justa subsidiaridad en la gestión de este ámbito por parte de las familias.
Mi opinión sigue siendo que cuanta más formación más oportunidades de ver la realidad de la vida de forma más libre, mi humilde punto de vista es que no hay que tener miedo al saber.
Por cierto de Antonio Gramsci dicen que se convirtió al catolicismo antes de morir, aunque no hay pruebas de ello.
Carlos: veo tu siguiente comentario con unos días de retraso. No puedo estar más de acuerdo: la clave es la formación, pero ésta necesita la libertad para no quedar reducida a adoctrinamiento. Entre libertad y conocimiento se da una circularidad: la verdad hace libres y es preciso ser libres para llegar a la verdad. El «sapere aude» necesita hacer posible el «audere».
Sí, lo de Gramsci se ha dicho varias veces. La misericordia divina es infinita. Un saludo.