Comprar o contratar un niño

Leo en el periódico que en una ciudad española ha sido detenida una pareja por intentar vender un niño recién nacido fruto de su relación. El precio que habían puesto para esta venta, que ha sido frustrada, era de 5.000 euros.

Por otra parte recibo la propaganda de una empresa ucraniana que garantiza bajo contrato -cuyas especificaciones son públicas y están en la red-, la obtención de un niño con todas las garantías de origen y de salud. El coste del contrato es de 30.000 euros. Hay contratos más baratos pero exigen una fecundación in vitro, mientras que en este caso, tan solo hay que ir a recoger el niño. No pongo la dirección, ¿porque para qué hacerles propaganda?

Si se comparan las dos noticias resulta paradójico la actitud que adoptamos de rechazo de la primera y de aceptación de la segunda. ¿Qué han hecho Elton John y su partner para ser «padres» de dos niños?. Contratar a una mujer y a unos técnicos sanitarios para que obtengan un niño, pagándoles por los gastos más una bonificación sustanciosa. Todo es legal.

La compra es ilegal, la obtención por contrato es legal. Ciertamente la venta era fraudulenta y sin contrato legal ni IVA. Pero el contrato de alquiler de una persona para que conciba en su vientre un ser humano que pasa a pertenecer al contratista, no deja de ser la compra de un ser humano fruto de la maternidad de otras personas.

Diversos colectivos feministas han rechazado la legalización de los vientres de alquiler, por la ofensa que supone para la mujer, y tienen toda la razón. Pero en este como en otros casos, se suele olvidar la parte más débil que es el bebé. Ningún ser humano puede ser apartado de su madre porque se haya pagado previamente para que lo tuviera. No deja de ser una trato que atenta contra la dignidad del ser humano que se pague un precio por tenerlo.