Cada día que pasa la salud de Aminatou Haidar empeora debido a la huelga de hambre que empezó hoy hace 26 días.
Las declaraciones en referencia a lo que éticamente -no políticamente-, habría que hacer discrepan respecto a auxiliarle para que no muera de hambre, aunque ella lo rechace, o respetar su decisión y dejarla morir.
Las asociaciones de jueces no son unánimes en la acción que se debe tomar: «mientras que la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) y Jueces para la Democracia (JpD) rechazaron que un juez pueda ordenar la alimentación forzosa de Haidar, la Asociación Francisco de Vitoria (AFV) y el Foro Judicial Independiente (FJI) defendieron la potestad de un magistrado para decretar que la activista saharaui sea alimentada si su vida corre peligro» (original).
Muy interesante me parece la opinión vertida hoy por el catedrático Andrés de la Oliva Santos, defendiendo que se auxilie a Aminatou para salvar su vida ya que jurídicamente no se le puede aplicar la «ley de Autonomía del paciente» , y tampoco se trata de un caso de respeto a la objeción de conciencia ni de respeto a la libertad religiosa (artículo)
Marcos Gómez Sancho, presidente de la comisión deontológica de la OMC, defiende que hay que respetar su decisión y dejarla que siga la huelga de hambre.
Mientras tanto César Nombela pide que se le auxilie para que no muera, aunque ella rechace ese auxilio.
Me parece que puede haberse producido un fenómeno de deslumbramiento ante el término autonomía, que puede haber llevado a confundir el sentido que tiene en la ley de Autonomía (ley 41/2002), con su sentido ético. No estamos ante un paciente que rechaza terapias, sino ante una persona que ha elegido el camino del suicidio si no se satisfacen sus revindicaciones.
Es difícil pensar que si nos encontramos a un amigo nuestro gravemente intoxicado por unas pastillas, y a su lado un cartel donde nos dice «quiero morir», lo dejemos tal como está, y esperemos a que se muera.
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Comments 3
Por supuesto. Estoy completamente de acuerdo. El caso a mí me parece muy similar al de la eutanasia: Alguien que quiere morirse y pide que le maten (o le dejen suicidarse). Eso no es lo que se entiende por autonomía del paciente, que debe ir siempre en su beneficio. Y en cualquier caso, como de suicidio hablamos, es un delito que puede (y debe) ser perseguido.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya dictaminó en su día (2002) que la Convención Europea de Derechos Humanos no reconoce, junto al derecho a la vida, un correlativo derecho de signo contrario a aquél, esto es, el derecho a morir. No existe, por tanto, un supuesto derecho a morirse cuando a uno le plazca. Las autoridades están obligadas a poner los medios para impedir y evitar, en la medida de lo posible, los intentos de suicidio.
Entiendo que lo compares con la eutanasia. Sin embargo me parecen dos situaciones muy distintas. En la eutanasia se intenta morir. Haidar no quiere morir, sino vivir pero no en unas coordenadas políticas que le indignan. Una persona, ¿la sociedad puede admitir que una persona lleve a cabo una acción que al final acabará con su vida? Pienso que no. Haidar no tiene derecho a dejarse morir. La sociedad debe defender la vida de los ciudadanos, también cuando ellos se ponen en peligro.
Esto dicho a grandes rasgos, aunque seguramente se podría matizar mucho.
Esto es lo que yo pensaba. No se puede dejar morir a nadie. Eso lo hacen los animales. Las personas nos diferenciamos, entre otras cosas, en esta actitud ante otras personas, el planeta, los animales, etc.