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¡Ministro Ruiz Gallardón, tiene merecido el abucheo!

Hoy me he acordado especialmente de que por mi tierra -Valencia- estos dí­as son jornadas de petardos y fuegos artificiales. Me han venido recuerdos de madrugadas recorriendo las calles del barrio con una caja de petardos que lanzaba en todas las direcciones procurando el máximo de ruí­do y un fuerte olor a pólvora.

Este recuerdo lo ha disparado la escucha de algunas emisoras de radio españolas hablando del ministro Ruiz Gallardón. Los epí­tetos eran bien explosivos: ultraconservador, fundamentalista, etc., y el ruido estruendoso: «favorable a los sectores fundamentalistas siempre ajenos a los derechos de las mujeres«

Ante una ciudadaní­a que lleva tiempo esperando conocer qué van a hacer sus nuevos legisladores con el tema del aborto, se despacha con un «el legislador no debe ser indiferente a la situación de muchas mujeres que ven violentado su derecho a ser madres por la presión que ejercen a su alrededor determinadas estructuras«. Seguramente tiene merecida la rechifla de sus opositores.

Igualmente no deja de sorprenderme que haya sido aplaudido por sus correligionarios de partido. ¿Qué aplaudí­an? ¿Saben algo de la ideologí­a de género? ¿Han pensado alguna vez en la cultura de la vida, como algo polí­ticamente importante y valioso para nuestra sociedad?

Todo es mucho más sencillo. Se resuelve en dos cuestiones que me parece que el señor Ruiz-Gallardón y sus comilitones deberí­an respondernos a los ciudadanos:

  1. ¿Piensa que la vida del ser humano debe ser defendida de cualquier agresión voluntaria desde que empieza a existir? Si su respuesta es sí­: ¡dí­galo! Y entonces hablen del valor de cualquier vida humana, incipiente o declinante. Promuevan su protección. Hablen del bien social que es para la democracia, el respeto a toda vida humana.
  2. Si su respuesta ha sido sí­, ¿piensan que se puede sacar adelante una ley de un tipo o es mejor no tocar nada? Dí­ganlo también, y así­ todos tendremos más claro lo que es participar en la polí­tica, y qué capaces tienen ustedes de maniobra.

 

Si su respuesta es no, o un depende -que en el caso de la vida humana es un no-, entonces dí­ganlo también. Los anteriores legisladores no han tenido empacho, ni lo tienen, en decir claramente que son favorables a que una mujer pueda acabar en cualquier momento con la vida del ser humano -su hijo-, que lleva en su seno.

Resulta patético escuchar a personas que tienen una buena formación intelectual utilizar argumentos y términos que son los que esgrimen sus adversarios para defender lo contrario.

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