Leo la noticia, en el País, de que una ponente -Esperanza Puente- de la Subcomisión que ha estudiado la conveniencia de ampliar el aborto, ha llevado a su intervención, unos muñecos en el bolso. «Me acompañan desde hace un año, los llamo mis niños. Son cinco embarazos a tamaño real en peso y en medida, y no se asusten porque no son de verdad, son muñequitos hechos a tamaño real, que pertenecen al primer trimestre de embarazo». Esperanza no es una teórica del tema, ha pasado por un aborto, y todavía hoy no logra olvidarlo.
Parece que su ponencia ha resultado especialmente interesante. Eso ha comentado una de las portavoces de la Subcomisión: «una de las intervenciones más ilustrativas y más impresionantes»
En la práctica, cada vez resulta más complicado hablar del aborto, de ahí lo ingenioso de esta intervención que ha recurrido a estos muñecos , sin recurrir a a las que pudiesen resultar desagradables..
La primera dificultad para poder argumentar acerca del aborto es la imagen social que se pretende crear con los defensores de la vida. Hay una presión sutil, pero real, que busca etiquetarlos como fundamentalistas, no respetuosos de los derechos humanos, ofensores de la mujer»¦ Hasta tal punto que podría parecer que no se debe hablar de este tema. Evidentemente se trata de una coacción a la libertad, pero que se esconde tras la expresión «políticamente incorrecto»
Una dificultad añadida para que se pueda hablar pacíficamente de este tema, es que sólo se permite tratar del entorno: la madre, la sociedad, los derechos humanos. Pero cuesta mucho entrar en el núcleo principal: el feto. Hablamos de nosotros mismos, de lo que deseamos, lo que nos gusta, la mala suerte que tenemos, olvidándonos de que el abortado no somos nosotros, sino el niño.
Además el punto de partida muchas veces es la existencia de una legislación lo cual justifica que se considera éticamente bueno, ya que está despenalizado (legalizado). Y no sólo la existencia de la legislación, sino la práctica de muchos abortistas que han ninguneado la ley, viviendo en total impunidad. Una sociedad que admite eso sin protestar está empezando a digerir la normalidad de los actos abortivos.
Mientras una de las alternativas (la de aumentar la posibilidad de abortar) se cierre en banda a tratar en el diálogo las conclusiones científicas de los nuevos avances genéticos y médicos hay poco que hacer. Porque la otra alternativa (proteger la vida desde la concepción) va a utilizar unos argumentos: el valor de la vida humana en sí misma, que los primeros no están dispuestos a reconocer, es más, ni siquiera ha entrar en ellos.
En esta situación ¿qué valor puede tener la imagen gráfica? Hay quienes optan por mostrar los restos de abortos. No voy a ser yo quien les niegue este derecho, pero me resulta desagradable, y además suscita un rechazo espontáneo al ver la sangre, y las tropelías que se ha cometido.
Por eso me ha parecido una buena idea lo que ha hecho la Presidenta de RedMadre,. Ha vivido en sus carnes un aborto y que ahora busca compensarlo desarrollando una intensa labor en favor de las madres que por dificultades de la vida se plantean abortar. Ella les ofrece una alternativa al aborto. En sus charlas lleva esos cincos muñecos de niños antes de nacer, para que se vea gráficamente sobre quién se actúa, evitando el mantenerse en un plano teórico, pero al mismo tiempo evita el rechazo ante lo desagradable.
A partir de aquí se trata de buscar soluciones a las dificultades que puede tener la mujer embarazada, y en este frente es el que se echa de menos un mayor empeño social e institucional por ayudar a la mujer.
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Comments 3
En el debate social en el que nos encontramos parece que hay mucha gente que está dispuesto a negar la evidencia de cualquier forma. Hay muchos medios para advertir la realidad del aborto: imágenes, fotos, muñecos… Aunque algunos de ellos sean desagradables entiendo a aquellos que los usan como último remedio para hacer ver la evidencia de la muerte del no nacido.
Una buena estrategia antiaborto consistiría en comparar constantemente los asesinatos de mujeres a manos de sus maridos, con los asesinatos de niños fetales por parte de sus madres.
La «violencia doméstica intrauterina» se vería así combatida por sus principales promotores: los ultrafeministas.
el aborto es algo k veo mal pero , apoyo el aborto si ese niño es contraido de una violacion pork ese niño puede sufrir mas al venir al mundo asi k chabas si salen embarazada por mas dificil k lo vean es lo mas bello k dios a mandado al mundo piensenlo